Peyote o Lophophora Williamsii

El Peyote es un cactus pequeño, sin espinas que contiene mescalina como su principal activo químico. Tiene una larga historia de uso entre los nativos del norte de México y suroeste de Estados Unidos.

¿Qué es el Peyote o Lophophora Williamsii?

Desde la llegada de los primeros europeos al nuevo mundo, el Peyote ha ocasionado controversia, prohibiciones y persecución. Condenado por los conquistadores españoles como “la truculencia de Satanás”; y más recientemente atacado por los gobiernos y los grupos religiosos; la planta ha continuado, sin embargo, desempeñando un rol fundamental en los ritos sagrados indígenas de México, al tiempo que su uso se ha extendido a las tribus de América del Norte en los últimos cien años. La persistencia y crecimiento del culto del Peyote es un capítulo fascinante en la historia del nuevo mundo, y un reto para los antropólogos y los psicólogos, los botánicos y farmacéuticos, quienes continúan estudiando la planta y sus constituyentes en relación con asuntos humanos.

Nosotros podríamos con razón llamar a este cactus aterciopelado de México “el prototipo de los alucinógenos del nuevo mundo”. Fue uno de los primeros en ser descubierto por los europeos, y fue sin duda la planta provocadora de visiones más espectacular que hallaron los conquistadores españoles. También hallaron que estaba firmemente arraigada en las religiones Autóctonas, y su esfuerzo por desaparecerlas sólo consiguió que se refugiaran en lugares escondidos en las colinas y montañas, donde el uso sacramental del Peyote ha continuado hasta nuestros días.

¿Qué tan antiguo es el culto del Peyote?

Un cronista español, Fray Bernardino de Sahagún, se basó en eventos históricos registrados por los aborígenes para establecer que el Peyote era conocido por los Chichimecas y los Toltecas desde, por lo menos, 1890 años antes del llegado de los europeos. Este cálculo le daría a la planta divina de México una historia de al menos dos milenios. Pero entonces Carl Lumholtz, el etnólogo danés que realizo un trabajo de pionero entre los indígenas de Chihuahua, sugirió que el culto del Peyote es aún más antiguo. El demostró que un símbolo empleado en la ceremonia Peyote de lo Tarahumara, ya aparecía en las esculturas fosilizadas en rocas de lava de América Central. Más recientemente, los descubrimientos arqueológicos en cuevas y refugios de piedra en Texas, han evidenciado especímenes de Peyote. Estos especímenes, hallados en un contexto que sugiere uso ceremonial, indican que lo utilizaban hace más de 3000 años.

Peyote mexicano
Peyote mexicano

Cactus Mexicano

Los primeros registro europeos referidos al cactus sagrado son los de Fray Sahagún quien vivió de 1499 a 1590 y dedico la mayor parte de su vida adulta a los indígenas de México. Sus valiosas observaciones de primera mano no fueron publicadas hasta el siglo XIX. Por tanto, el crédito por la compilación más antigua publicada en su momento es para Juan Cárdenas, cuyas observaciones de los maravillosos secretos de los indígenas vieron la luz a principios de 1591.

Los escritos de Sahagún siguen siendo de los más importantes entre los cronistas de la época. Describió el uso del Peyote entre los Chichimecas, en las llanuras desérticas primitivas del norte, asentando así para la posteridad: “Existe otra hierba parecida a la tuna (Opuntia spp). Se le llama “peioti”, es blanco y se le encuentra en los campos del norte. Los que lo comen o lo beben tienen visiones, sean visibles o atemorizantes. Esta intoxicación dura dos o tres días y cesa. Es un alimento común para los Chichimecas, porque los anima y les da valentía para pelear y no sentir miedo ni hambre ni sed. Y ellos dicen que los protege de todo peligro”.

Efectos del Peyote

No se sabe si los Chichimecas fueron los primeros indígenas en descubrir las propiedades psicoactivas del Peyote. Algunos estudiosos creen que lo Tarahumaras, quienes vivían en regiones donde el Peyote abundaba, fueron los primeros en descubrir su uso; y que de ellos se extendió el uso a los Coras, los Huicholes y otras tribus. Ya que el Peyote crece en muchas zonas dispersas en México, parece probable que sus propiedades intoxicantes hayan sido descubiertas simultáneamente e independientemente por diversas tribus.

Cómo se consume el PeyoteAlgunos Jesuitas españoles del siglo XVII atestiguan que los indígenas mexicanos usaban el Peyote medicinalmente y en ceremonias; y que, cuando ingerían el cactus se intoxicaban y tenían horribles visiones. El padre Andrés Pérez de Ribas, un Jesuita del siglo XVII en Sinaloa, reporto que el Peyote era bebido frecuentemente, pero que su uso, aun con fines medicinales, debía estar prohibido y castigado, ya que se conectaba con rituales paganos y supersticiosos para contactar con espíritus del mal por medio de diabólicas fantasías.

La primera descripción completa del cactus viviente la ofreció el Dr. Francisco Hernández, médico personal del Rey Felipe II de España, y quien fue enviado a México para estudiar la medicina azteca. En su estudio etnobotánico de la Nueva España, el Dr. Hernández descubrió el Peyoti, como era el nombre de la planta en el lenguaje Nahuati de los Aztecas: “La raíz es de tamaño mediano, por encima de la tierra no echa ni ramas ni hojas, y tiene un pelusilla adherida que me resulta desconocida. Se dice que tanto hombres como mujeres han sido dañados por ella. Parece tener un gusto dulzón y tibio. Su parte superior, aplicada a las coyunturas dolorosas, parece proporcionar alivio. Otras propiedades maravillosas le son atribuidas, si es que se puede creer a los que dicen en este aspecto: otorga a quienes la ingieren la capacidad de prever y predecir cosas”.

Cómo se consume el Peyote

En la última parte del siglo XVII, un misionero español de Nayarit hizo la primera descripción de un ritual Peyote, en la tribu Cora: “Cerca del músico estaba sentado el cantante principal, cuyo trabajo era marcar los tiempos. Cada uno tenía sus asistentes, quienes los reemplazaban si se fatigaban. Cerca estaba colocada una bandeja con Peyote, el cual es una raíz diabólica que beben con el fin de no cansarse durante sus largas funciones, las cuales comenzaron formando un círculo tan grande de hombres y mujeres como cupiera en el espacio elegido para este propósito. Todos iban bailando en círculo o marcando el tiempo con sus pies, quedando en el centro el músico y el director del coro, quien era su invitado, y cantando en el mismo tono disarmónico y no melodioso que él les indicaba. Bailaron toda la noche, desde las cinco de la tarde hasta las siete de la mañana, sin parar y sin abandonar el circulo. Cuando el baile termino, solo permanecían de pie quienes podían resistirlo, porque la mayoría era incapaz de usar sus piernas, por efecto del Peyote y del vino que habían tomado”.

El ritual Peyote más moderno de los Huicholes es el más parecido al original prehispánico. Sahagún lo describió y podrías ser una copia de descrito anteriormente. La razón es que lo Huicholes todavía se reúnen en el desierto, 300 millas al noreste de su hogar en la Sierra Madre Mexicana, en el occidente del país. Todavía cantan toda la noche y todo el día, todavía lloran exageradamente y todavía aprecian al Peyote más que a ningún otro psicotrópico. Los hongos sagrados, las “Glorias de la Mañana”, el “Datura” y otros alucinógenos indígenas están limitados al mundo de los hechiceros.

El uso en las prácticas religiosas

La mayoría de los registros en México fueron realizados por los misioneros, quienes se oponían al uso del Peyote en las prácticas religiosas. El Peyote no tenía lugar en la Cristiandad por sus asociaciones paganas. Ya que los eclesiásticos españoles fueron intolerantes con cualquier culto que no fuera el de ellos, muy pronto comenzó la persecución. Pero los indígenas se resistieron a abandonar el culto Peyote, arraigado en siglos de tradición.

La legalidad del cactus

La prohibición del Peyote llego a grandes extremos. Por ejemplo: un sacerdote cerca de San Antonio, Texas, publico un manual en 1760, el cual contenía preguntas para los conversos. Entre ellas: “¿Has comido carne humana? ¿Has comido Peyote?”. Otro sacerdote, el Padre Nicolás de León, examinaba en forma parecida a sus conversos: “¿Sois vos un adivino? ¿Predecís eventos leyendo augurios, interpretando sueños o trazando círculos y figuras en el agua? ¿Adornáis con flores y guirnaldas los lugares de los ídolos? ¿Chupáis la sangre de otros? ¿Vagáis durante la noche, llamando a los demonios para que os ayuden? ¿Habéis bebido Peyote o lo habéis dado a beber a otros, con el fin de descubrir secretos o descubrir dónde se encuentran objetos robados?”.

Durante la última década del siglo XIX, el explorador Carl Lumholtz observo el uso del Peyote entre los indígenas de la Sierra Madre Occidental de México, principalmente los Huicholes y los Tarahumara, y reporto sobre la ceremonia Peyote y sobre varios otros cactus empleados con Lophophora williamsii o en su lugar.

Sin embargo, ningún antropólogo ni participó ni observó un peregrinaje para la recolección de Peyote hasta los años 60, cuando varios antropólogos y un escritor mexicano lograron el permiso de los Huicholes para acompañarlos en varios peregrinajes. Una vez al año, los Huicholes hacen un viaje sagrado para reunirse en Hikuri. La expedición es dirigida por un chamán experimentado o “mara akame”, quien está en contacto con Tatewari (nuestro abuelo fuego). Tateware es el más antiguo dios de los Huicholes, también conocido como Hikuri, el Dios Peyote. Se le representan con plantas de Peyote en las manos y en los pies e interpreta a todas las deidades ante el chamán, a menudo a través de visiones, otras veces indirectamente por medio de Kauyamari (el hombre venado sagrado y héroe cultural). Tatewari condujo el primer peregrinaje Peyote lejos de la zona actual –habituada por 9000 Huicholes- hasta Wirikuta, una región ancestral donde abunda el Peyote. Guiados por el chamán, los participantes (de 10 a 15) asumen la identidad de los ancestros deificados, mientras siguen a Tatewari para encontrar su vida.

El safari del Peyote es literalmente un safari. Los peregrinos cargan calabazas llenas de tabaco, las que necesitan para los rituales durante el trayecto. Estas calabazas son utilizadas también para transportar agua durante el regreso desde Wirikuta. A menudo, el único alimento que llevan para la estadía en Wirikuta es tortillas. Sin embargo, los peregrinos comen Peyote mientras están allí. Recorren muy largas distancias, y hoy en día mucho del camino se hace por automóvil, pero anteriormente los indígenas caminaban unas doscientas millas.

La preparación del Peyote

La preparación para juntar el Peyote implica confesión y purificación. Debe hacerse una exposición pública oral de todos los actos sexuales, pero sin muestras ni vergüenza ni resentimientos ni celos; y no ocurre ninguna expresión hostil. Por cada ofensa, el chamán hace un ruido en una cuerda, la cual es quemada al final del ritual. Enseguida de la confesión, el grupo completo tiene que bañarse con extremo cuidado, antes de emprender el viaje a Wirikuta –una región situada en San Luis de Potosí-, la cual es considerada el paraíso.

Casi llegando, a la vista de las grandes montañas de Wirikuta, los peregrinos son aseados ritualmente y oran, pidiendo lluvia y fertilidad. En medio de la oración y los cantos del chaman, comienza el peligroso cruce hacia el mas allá. Este momento tiene dos etapas: primero, la gran entrada de las nubes sonoras; segundo, la apertura de las nubes. No se trata de localidades reales con esos nombres, existen solo en la geografía de la mente. Para los participantes, el pasar de la una a la otra fase es un evento transcendental y emocionante.

Al llegar al lugar donde el Peyote será cazado, el chamán inicia sus prácticas ceremoniales, narrando historias de la antigua tradición Peyote e invocando protección en los sucesos por venir. A los que participan por primera vez se les vendan los ojos y son conducidos por el chamán al “portal cósmico” que solo él puede ver. Allí se detienen, encienden velas y murmuran oraciones, mientras el chamán, imbuido de fuerzas sobrenaturales, entona cánticos.

Finalmente, se encuentra el Peyote. El chamán ha visto huellas del venado. Apunta con su arco y dispara una flecha al cactus. Los peregrinos hacen ofrendas a este primer Hikuri. Grandes canastos se llenas con las plantas recogidas, y una parte de esta carga se compartirá con los que se quedaron en casa. El resto es vendido a los Coras y Tarahumaras, quieres usan el Peyote pero no lo buscan.

Una respuesta a «Peyote o Lophophora Williamsii»

  1. Avatar de fatima
    fatima

    Tienen algun numero telefonico o correo electrónico con el que pueda comunicarme?

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