rhipsalis

 

Cuando pensamos en cactus, vemos espinas. Esto es así. Pero, cuando hablamos de los cactus de la especie rhipsalis, parece cualquier planta, menos un cactus.

El cactus rhipsalis es un bicho raro en el mundo de las plantas espinosas por excelencia, porque son bastante diferentes a la mayoría. Sin espinas, se mantienen bien sin sol directo y necesitan una buena cantidad de agua, ¿puedes creerlo?.

Esta especie tan singular, tiene tallos largos y verdosos, a través de los cuales pueden realizar la fotosíntesis sin problemas, y por lo tanto, crecer…a su manera, o sea como son cactus drapeados, crecen en forma de cascada. 

Los tallos, que pueden ser más o menos finos y que a menudo se entrelazan entre ellos, formando como unos filamentos de aspecto blando y orgánico que cuelgan. Una locura, y además resultan superdecorativos.

En general, los cactus Rhipsalis son especies de crecimiento bastante lento, lo que es una suerte, ya que algunos ejemplares pueden llegar a medir hasta 6 metros después de muchos años, así que, ¡ya puedes tener techos bien altos!.

Origen

Al Rhipsalis, también se le conoce como cactus muérdago, y su origen es una familia de cactus epifitos nativos de América Central y del Sur. 

Este peculiar cactus, se encuentra naturalmente en el sotobosque de los árboles y prefiere la luz brillante e indirecta y puede tolerar la luz directa de la mañana y de la tarde. 

Pero como seguramente nos lees desde una zona urbana o lejos de un bosque tropical, decirte que en tu casa, el mejor lugar para colocarlo es al menos a unos metros de una ventana.

Debido a que este cactus es un campeón en la resistencia, puede subsistir con un mínimo de luz durante períodos prolongados, pero eso sí, tampoco nos pasemos, que al fin y al cabo es un cactus, así que, recargalo bien de luz de vez en cuando.

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Especies o variedades

Aunque la gran mayoría de las variedades de esta especie son oscuros cactus tropicales que sólo existen en la selva tropical y difícilmente se encuentran en el cultivo doméstico, algunas especies de rhipsalis se cultivan a menudo como plantas de interior.

Las más comunes son:

  • Rhipsalis baccifera, el más popular. Es el clásico cactus muérdago o cactus espagueti, por sus largos tallos en forma de hilo y sus flores de color blanco cremoso que dan paso a frutos parecidos al muérdago. Esta planta es una maravilla y forma racimos colgantes que suelen medir un metro de largo o más cuando están maduros. Es, con mucha diferencia, el cactus más cultivado del género.
  • Rhipsalis cereuscula, o cactus coralino, es una planta arbustiva con ramas de hasta 2 pies de largo. De los extremos de las largas y delgadas ramas surgen muchos tallos cilíndricos que forman racimos colgantes y florecen con pequeñas flores de color blanco crema.
  • Rhipsalis clevata, es una planta colgante ideal, ya que tiene muchas ramas y flores blancas en forma de campana. 
  • Rhipsalis pirocarpa, es otra epífita tropical de Brasil. Tiene tallos cilíndricos largos y peludos y flores blancas fragantes de unos 3/4 de diámetro. Los brotes tienen bordes rojizos/púrpura, lo que la convierte en una especie muy atractiva.
  • Rhipsalis pachyptera, es una planta semi erecta que cae con tallos robustos y aplanados de forma que se asemejan a hojas elípticas con articulaciones. Estas «hojas» son de textura coriácea y de color verde pálido a intenso, a veces con matices rojizos. Es una planta muy vistosa que produce flores de color amarillo cremoso.

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Cómo cuidar los rhipsalis

Nos gustan los cactus porque hay tal variedad que siempre hay al menos uno que te encaja, o dos, o tres, o…

Son plantas que simbolizan la vida, por su resistencia, adaptabilidad, y porque se exhiben en múltiples formas…y sí, como en todo, a veces hay espinas, pero son seres de la naturaleza llenos de belleza.

Si te animas a tener un ejemplar de rhipsalis, sigue leyendo, te contamos lo básico para que estén bien cuidados, te duren y sean de lo más vistoso de tu casa, para que tú, solo te centres después en escoger cuál va más contigo.  

Iluminación

Como nos sigues y te encanta leernos, sabrás ya mucho de cactus y suculentas, pero ¡atención!, los cuidados del rhipsalis, son algo diferentes a los de otros tipos de cactus, ya que no le gusta estar situado a pleno sol. Demasiado sol puede quemar los tallos en forma de hilo, que se vuelven de un color rojizo y adquirirán un aspecto marchito, para morir después.

Así que dale lo que te pide, y coloca tu cactus en un lugar que reciba luz brillante pero filtrada. Si lo colocas en una ventana orientada al este o cerca de ella, el cactus recibirá suficiente luz. Las ventanas orientadas al oeste también funcionan bien siempre que la planta reciba luz filtrada a través de una cortina o persiana. Vaya, que como veas, pero ¡poquita luz!.

Si por lo que sea, vives en un sitio con un clima muy cálido y en primavera y verano la cosa se calienta demasiado y te entra luz por todos lados, acuérdate de moverlo y colócalo en un lugar sombreado. Por favor, evita quemar tus cactus. Duele.

Riego

rhipsalis

En comparación con otros tipos de cactus, el rhipsalis, es una planta más sedienta y prefiere un riego más frecuente y un suelo ligeramente húmedo para crecer mejor. Pero como un cactus siempre será un cactus, tolera breves períodos de sequía. 

Los despistados podéis respirar tranquilos.

Si queremos afinar más, lo mejor en cada estación es:

  • De la primavera al verano: Esto se considera la temporada de crecimiento, así que planea regar tu cactus muérdago cada vez que la superficie del suelo se seque.
  • Otoño e invierno: Durante las estaciones frías del otoño y el invierno, tu cactus rhipsalis entra en letargo y su crecimiento se ralentiza. Deja que se sequen los primeros centímetros de la tierra antes de regar. Por lo que es posible que sólo tengas que regar cada dos semanas.

Y si dudas, ya sabes, lo que nunca falla, basta con palpar la parte superior de la tierra y, si está empezando a secarse, dar un buen traguito de agua al cactus.

Temperatura y humedad

Debemos acordarnos siempre que las plantas de rhipsalis, aunque las hayas comprado en la esquina de casa, son originalmente de lugares subtropicales y tropicales siempre cálidos y húmedos. Por lo tanto, una vez en casa, no sitúes el cactus en habitaciones frías o lugares con corrientes de aire. Unas condiciones excesivamente frías pueden afectar negativamente a tu rhipsalis y posiblemente matarlo.

Pero tampoco te vayas al otro extremo…así que huye de una calefacción que sea demasiado seca, porque para este amante de la humedad, eso es igual a drama. 

Tu cactus muérdago florecerá regularmente cuando lo coloques en un sitio interior donde las temperaturas sean constantes. Una vez que produzca sus capullos florales, no lo traslades, porque si ha hecho su proceso de floración significa que ese es un buen sitio. 

Si lo mueves, corres el riesgo de que se caigan todas las flores de la planta. Otro drama…con lo que cuesta que salgan, ¿verdad?.

En primavera y verano, cuando las temperaturas exteriores se hayan calentado, puedes dar a tu cactus muérdago un descansito del interior, vaya, como si fueran unas vacaciones. Colócalo en un lugar sombreado del exterior, que se oxigene, pero eso sí, asegúrate de devolverlo a su lugar protegido interior antes de que llegue el frío del otoño.

Tierra 

Como todo en la vida, nada crece bien sin una buena base. 

Al rhipsalis le pasa lo mismo, si quieres que luzca con esplendor, un buen cuidado comienza con la elección del suelo adecuado. A diferencia de la mayoría de las especies de cactus, este crece mejor en una mezcla de tierra bien drenada, rica y ligeramente ácida, y no en una mezcla para cactus, que es más ligera y no contiene la misma cantidad de nutrientes. 

Aunque prefiere la tierra húmeda, ¡cuidado! rechaza la tierra empapada, y como en la mayoría de las plantas, las condiciones de encharcamiento prolongado provocarán la putrefacción de las raíces y la muerte de la planta.

Muchos tipos de mezclas comerciales para macetas funcionan bien para plantar y cultivar rhipsalis, ya que drenan bien y contienen la cantidad deseada de nutrientes para un buen crecimiento.

Sea cual sea el tipo de mezcla de tierra que decidas utilizar, asegúrate de que drena bien. Es fácil saber si la mezcla de tierra es demasiado pesada. Si después de regar el agua tarda en drenar desde la parte superior, la mezcla de tierra es demasiado pesada y necesita aligerarse.

Ya sabes, todo es cuestión de observación y sentido común.

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Abono

Cuando se trata de alimentar a tu cactus, ten en cuenta que conseguir mejores resultados de crecimiento puede significar menos fertilizante. Y es que sí, a veces menos es más.

Te lo decimos porque las sales incluidas en el abono pueden hacer que los tallos se vean marrones y quemados. Así que toma nota de un buen truco que te damos, y es que vale la pena preparar el abono a la mitad de su potencia, para reducir el riesgo de problemas. 

Dicho esto, para que tu cactus tenga un aspecto y un rendimiento a tope, es necesario alimentarlo periódicamente durante las estaciones de crecimiento de primavera a verano. Aliméntalo mensualmente durante la primavera y el verano con una mezcla soluble en agua para plantas de interior rebajadito, y simplemente deja de alimentarlo en invierno.

¿Ya sabes con cuál te quedas?

Ahora que ya lo sabes casi todo sobre este cactus de aspecto tan especial, ¿se te ocurre otro cactus de interior tan decorativo?. Pocos hay, la verdad…así que ya puedes ir buscando ese sitio ideal, con espacio suficiente para colocar el tuyo y que pueda crecer y colgar en todo su esplendor. El tema complicado aquí, es escoger uno.

Aunque bien pensado si miras a tu alrededor y hacia arriba, seguro que debes tener esquinas y techos suficientes para rhipsalear tu casa, ¿cómo lo ves?.

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